domingo, 25 de noviembre de 2007

Lo que me pasa


Hace un rato decidí hablar finalmente de lo que me ocurre concretamente, ya sin pensar tanto en lo que el resto dirá ni en mi característica autoreferencia. Si la gente que me lee lo hace es porque quiere saber de mí, y yo les responderé contándoles entonces.
Si a usted no le interesa, le recomiendo mejor que no siga leyendo ni menos que evalúe mis problemas de redacción.

Echo de menos la presencia de alguien que hace dos años me llamaba y que hablaba conmigo varias horas, que nos preocupábamos el uno por el otro y nos apoyábamos. Alguien a quien se podía abrazar sin tener una razón y que mi existencia trascendía más allá de hablar conmigo y verme algunas veces como el resto de la gente. Una compañía constante, una gran afectuosidad. Y bueno, yo lo obligué a alejarse. No les contaré todo, pero el punto es que hasta hace poco me he cuestionado si realmente estuvo bien juzgarlo por su constante indecisión.
Recordar la historia me hace pensar que de verdad hace mucho tiempo que no quiero a nadie de una forma tan fuerte y emotiva, y que me correspondan. Que han sido miles de decepciones y situaciones incómodas. Y aún así, con el pasar del tiempo me doy cuenta de que en realidad mi permanente soledad es algo que de verdad me apena y nunca he querido admitirlo. Que vivo mi vida pendiente de algo que no tengo y que no forma parte de mi vida al menos el 90% del tiempo: la compañía de mis hermanos. Ellos de alguna forma suplieron esa necesidad que tengo de trascender y estar acompañada. Y vuelvo a perder eso que me hace feliz. Viviendo estúpidamente todo un semestre trabajando pa la cagaa sin dejar de pensar que lo hago para verlos aunque sea unas semanitas. Escuchando en mi pendrive canciones que canalizan los mismos sentimientos, sobretodo la canción "New year's day" de U2. Y más encima los dos últimos meses llegué a tener depresión porque a todo se sumo mi partida del grupo scout, ya que exploté y me di cuenta de que allí casi nadie me conocía y quería realmente. Por unas semanas me fue imposible surgir. Hasta que visite a la señora curandera de mi familia del sur quien me ayudó un poco y ahora estoy más estable, esperando que termine el semestre académico ya sin ganas de hacer nada. Me revelo más que nunca a los estudios y el restaurant me tiene chata, todo el tiempo pensando que si hago algo mal me pueden echar cagando como a muchos otros compañeros. Sólo me queda esperar, por qué será que paso todo el tiempo esperando algo que vendrá y no soy capaz de vivir mi presente sólo porque mis hermanos no están conmigo en eso.
Y sola, más que nunca, a pesar de ver y conversar con muchas personas diariamente. Nadie me llama ni veo mucho ni salgo con quienes quiero. Me distraigo con estupideces y me dedico a rechazar uno tras otro a amantes frustrados que se acercan a mí esperando que "con mi amor" les solucione su desgraciada vida. Si ni siquiera me la puedo con la mía propia. Hay que dejar de creer que hay que aferrarse a la pareja para que te saque de tus abismos (yo varios años de mi vida colegial creí eso), por eso los rechazo, no por la razón que mis amigas de la u creen (que cuando andan detrás mío no los pesco, y cuando no me pescan los pesco). Depende de la persona y su forma de ser. Aún así sigo sola y antisocial, sumida en pensamientos estúpidos y cada vez más monótonos. Creo que no hay mucho más que decir al respecto, ya les conté todo lo que me pasa. Ahora viene de ustedes querer decir algo o guardar silencio, ninguna cosa la intepretaré como buena o mala, simplemente quería ser escuchada unos minutos.

3 comentarios:

Qaotiquo dijo...

Welcome to my world! bienvenida a la adultez, población: no lo sé. Nada pos, hay un dicho que dice que se hecha de menos cuando ya no se tiene, pero fuerzas mujer, adelante y éxito, y disfruta lo que has cosechado, porque no se si te diste cuenta pero has estado sembrando a pesar de las inclemencias del tiempo.

Pd: No espero un post de vuelta, ni nada por el estilo, te escribo de un ser humano a otro no más, y eso, Saludos.

Carlos Ochoa Quezada dijo...

No sé, no encuentro nada que decirte con respecto a tu texto. Creo que cualquier cosa relacionada a éste debería decirla frente a frente.

Te echo de menos, Nikole Piscoreich. Nos veremos en otra vida... cuando los dos seamos gatos.

Rocío Sandoval-Vines dijo...

Yo lei..pero no te voy a decir nada aki chan!